De eso se trata
A Mariel Ponce
La lluvia que revive la planta
es una escena de amor.
Las piedras que adornan el río
son una verdadera pintura.
Los árboles que adornan la plaza
son enormes esculturas,
los pájaros que dibujan en las nubes
son verdaderos artistas,
el agua que cuida la huerta
es una fresca heroína,
el viento que nos despeina
un verdadero aliado.
Y vos preguntándome
dónde está la revolución.
Llegar
Un pájaro se cuela
en los ojos de la noche vaga
como un relámpago vestido
de amor ebrio,
vuela gritándome
que la impaciente lluvia
me espera en una esquina
para mojarme.
Los ángeles de una orquesta desafinada
tocan un fado,
los perros en coro cantan:
¿Qué espasmo puede tener el encuentro,
cuando nos vemos las sombras besándose?
Así que espérame,
pronto cruzaré todos los mares
y llegaré hasta tu lado
para ver otro amanecer
La cuerda
Salto la cuerda
que el reloj dejó tendida
en mi camino
para caminar
tranquilamente,
sabiendo que si tropiezo
algo nuevo debo aprender.
Desconozco qué otros obstáculos
pueden aparecer en el recorrido.
Solamente sé que cuando llegue a casa
los fantasmas me sonreirán,
la soledad me besará
y el descanso me abrazará.
Algo con que iluminar
No nos alcanzaran las velas
para iluminar a los santos
ni a los seres queridos
que viajan como mochileros
por el universo,
tampoco para guiarnos en la oscuridad
cuando nos corten la luz.
No te preocupes,
aún nos queda un poco de gasolina,
-amor en los ojos del corazón para vernos los rostros
cuando la oscuridad
quiera amarrarnos.
Sacrificio
Igual que las lagartijas,
inmolamos la edad
sin importarnos
que los muros caigan
como manteles
en la atroz ciudad.
Al besarnos,
escondemos en el cuerpo
pedazos de la luna
y dejamos gemidos en el eco
que cultiva la pasión.
La lluvia nos explica
sus leyes fosforescentes,
bailando en la noche que ulula
en los racimos de uva
y despojando las sombras
de los meses embichados.
Tendemos las manos
formando una flor de loto
y soltamos las palomas
que exhalaron
los torsos desnudos.
Las horas se pierden
cuando las musas pintan
en las telas
de mi misérrima cabeza,
el nido de las larvas.
Poemas del libro Antiestrés (2023) Laia Editora
Luis Daniel Álvarez nació el 28 de enero de 1988 en Andalgalá (Catamarca). En poesía publicó: “Pueblo y rebelión” (2013), “Vuelo onírico” (2015) y “Pájaros de aguardiente” (2017), “Transeúntes” (2020) “La desnudez del oasis” (2020) “Imaginar” (2022) “El Mar” (2022) “Antiestrés” (2023) “Las aves de mi jardín” (2023). En narrativa: “Sueños encajonados” (2015) “La fama de Edward Arparigowsky” (2019) Dirige la página web de cultura “La tuerca andante” https://latuercaandante.wixsite.com/website/blog
Instagram: @danielalvarezlit
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