Bloc de notas: Rodrigo Díaz

Quememos los barcos,
sin esperar una forma de salvarnos.

Quemémonos en las orquestas
que tocan los elefantes
en su viaje,
mientras bailamos alegres
en el alba del destino
que juega con sus cartas de oro
sin mandíbulas.

Quememos los barcos
en la orilla de nuestros labios resentidos
en las fauces de tus lenguas llenas de ira,
porque están mormadas.

Estrujemos las gargantas
hasta dejarlas sin tinta,
mutilemos las plumas hasta dejarlas sin saliva
entre ritmos palpitantes de baterías
tocadas por el éxtasis de existir.

Existir y ser mundanos, vanidosos, humildes,
honestos,
feroces, brutales
y alcohólicos.

Abracemos al fuego en todas sus formas:
al fuego que nos calienta en la noche fría
al fuego que nos crema en la noche de nuestra muerte.

Quememos los barcos,
hagamos que en el mar estalle una súper nova,
robemos el brillo a las ciudades,
seamos seducidos por la agonía.
Olvidemos que los barcos se queman:
Destendamos la cama
después de tenderla;
odiemos tanto, que no exista el amor
ni en el hielo;
amemos tanto, que no exista el odio
en el fuego.

Quememos los barcos.
Quedémonos sin viaje de retorno
en nuestro día a día.

Nademos, nademos, nademos,
aun a sabiendas,
de que lo más cerca que vamos a estar de la orilla tumultuosa,
será cuando nos quedemos en silencio:




flotando.

Zinaida Serebryakova Vestidor de Ballet (Bailarinas Grandes), 1922

Haré un poema triste,
un poema borracho y sonriente.
Tendré un sueño tonto,
pero alfin volveré a soñar,
oscuridad que caga tu postura intransigente,
que reclama, y lanza patadas de karateca estilo yaki chan,
mientras se me rompen un par de costillas por correr tan rápido y pinchar (puff) mis pulmones.
Gasto en puras estupideces,
y no he agradecido tener todo el universo para mis ojos.

Estaremos en los poemas de llanto,
de los llantos buenos,
de los llantos de traileros,
los llantos de funeral de niña,
y de chihuahua castroso.

Mi tipo de bolsa, es en la que caben todas la pendejadas, por eso nomás tengo un morral pesadito.
Sírveme otro vaso de coca carnal,
para seguir azucarado,
hasta que mi páncreas explote por la falta de insulina,
y sienta el placer de la primera vez
que probé aquella sobredosis de amor.
Qué culero. Nunca amé tanto en mi vida como la primera vez, y nunca amé tan estúpidamente en mi vida como la primera vez.
La segunda amé pasionalmente,
pero fui infiel.
Y ahora siento que recojo migajas de una autoestima capitalista; y mientras las recojo les hablo bonito, me las trago y se las devuelvo en besos. Acepté que nunca seré nada.

Soy parte de un elenco excelente
pero en una película extremadamente lenta de comedia gringa estúpida y rebuscada.
Preferiría ser una pornstar.
O una bailarina del siglo XIX.


Rodrigo Díaz (Obregón, Sonora. 2003): Joven escritor sonorense participante en el certamen estatal de poesía del cobach, e invitado a las ediciones 2020 y 2021 del festival de primavera de la UNISON, autor del libro Tintas bipolares () publicado en marzo del 2022 con librería Hypatia. Presentado también en la Feria del libro de Caborca del 2022.

Bloc de notas es una sección de poesía donde subimos poemas perdidos entre infinidad de pendientes y recordatorios. Un hogar para el poema que lo necesite. Si quieres mandar un poema de tu bloc de notas; azizcoflo@gmail.com

Aziz Córdova Written by:

(Agua Prieta, Sonora. 1995): Eterno genin de Literaturas Hispánicas. Publicó su poemario Como siempre llego tarde (o me vengo muy pronto) mediante Retina de Gallo Editorial en 2018. Fue paquetero, telefonista, lavaplatos y actualmente enseña escritura creativa en mitad de la nada.

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